Es bueno seguir estas recomendaciones para cualquier tipo de ventas, y en especial para nuestro proyecto de accesorios con telas, ya que es un tipo de emprendimiento que involucra relaciones personales de venta. Tengamos en cuenta, al respecto:
• ser persistente pero agradable. A nadie le gustan los oferentes "pesados" que no permiten que aflore el deseo de compra en el cliente de manera natural.
• no ser agresivo o malhumorado. Nuestro cliente no es nuestro cautivo y él lo sabe mejor que nadie: si se siente demasiado presionado acudirá a nuestra competencia y siempre es más caro recuperar clientes perdidos que mantener nuestra cartera.
• los vendedores agresivos se concentran en hacer la venta; los profesionales persistentes se concentran en construir un negocio.
• el cliente nota la diferencia; nunca hay motivo para ejercer presión cuando se han establecido la necesidad y el valor.
• esta actitud relajada y receptiva de las necesidades del otro produce un poderoso proceso de cierre con el cliente. Si se enfoca en lo que es importante para él, el cierre de ventas se hará sin esfuerzo.
• uno debe sentir pasión por su tarea. El convencimiento propio, por ser sincero, convence a los demás.
• el emprendedor debe respetarse a sí mismo y a su empresa, pero también al cliente. La venta es un proceso de intercambio donde las dos partes que intervienen deben salir ganando; esto no debe perderse de vista.
• no se puede esperar que la gente reaccione con respeto si lo que se hace no está hecho desde la más profunda honestidad.
• el proceso de oferta de nuestro producto es -por un lado- difícil, porque implica de alguna manera, el ofrecer algo "nuestro". Esto debe convertirse en un proceso natural y honesto.
Vender nuestra producción debe ser un proceso semejante. Si se hace desde la honestidad más profunda y el planteo más transparente, la relación que tendremos con nuestro público será mejor y más duradera.
Lograremos:
• que esas personas sean nuestros clientes por más tiempo.
• alcanzar su fidelización (hacerlos fieles a nuestros productos).
• que nos recomienden en su entorno.
¡Cuánto más todo esto puede aplicarse a productos tan propios como los que salen de nuestra mente, nuestro corazón y nuestra "fábrica"!
Nuestro emprendimiento tiene mucho que ver con:
• el arte.
• el gusto.
• la originalidad.
• la creatividad.
• la emocionalidad.
• el afecto.
Por eso, debemos poner el componente afectivo en juego en gran medida. Como si fuera un material más de nuestro taller, o como una instrucción más de nuestro plan de ventas.
Que lo encaremos con el alma y con pasión, hará de nuestro emprendimiento algo más potente y efectivo.
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