El nombre

16/10/09
El nombre debe ser acorde con la identidad que nos plantea­mos. Esa es la primera lección, el ABC de la construcción de una marca.
Podemos darle a nuestra marca un perfil muy diferenciado ya desde la manera de nombrarla. Evocará objetos o elementos de alguna zona del país o del mundo, si -por ejemplo- la llamamos con un nombre europeo, americano o local. O aparecerá como un producto tíjpico si la llamamos con un nombre que refiera a la lo­calidad donde se elabora.
También puede incrementarse ese toque de nostalgia o de tra-dición que suele tener lo artesanal desde el apelativo (así como a las pastas caseras se las suele llamar "de la abuela" o a los viejos licores "del abuelo"). En productos de fabricación no industrial, la tradición y la calidez son atributos muy fuertes.
En fin, las posibilidades son tantas como tantos los emprende­dores y sus emprendimientos, o como tantas las palabras o juegos de palabras para nombrar objetos.
Lo recomendable es sentarse a "pensar la situación" con los so­cios y ayudantes en este proyecto, porque en estos casos no sólo es cierto que muchos ojos ven más que un par, sino que es impor­tante que desde el vamos se cimienten los valores de la participa­ción para la construcción de la identidad de marca de la que ha­blábamos al principio. Mucho más en una producción tan casera y artesanal como esta.

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