Son las debilidades que tiene nuestro producto o emprendi-miento en sí mismo. Están marcadas por las dificultades que como empresa podemos poseer.
Por ejemplo:
• dificultades para ampliar nuestra producción, por problemas de personal, o por las características edilicias de nuestra empresa.
• carencia o dificultades para acceder a una logística que permita la distribución del producto de manera amplia y efectiva.
• dificultades para establecer una cadena de cobranzas.
• dificultades para acceder a líneas de financiamiento.
• imagen negativa de los productos de tipo artesanal por sobre las marcas tradicionales (según el contexto y el momento).
Estas condiciones, con esfuerzo y planificación, en el tiempo, pueden mejorarse o atenuarse.
Aprovechar las condiciones favorables, y moderar las desfavorables, es un proceso que podemos en cierto modo manejar.
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