Elementos para una buena venta

16/10/09
Para comenzar esta importante parte de nuestro blog, diremos que es necesario tener en cuenta que la venta de nuestros pro­ductos, no es un mero acto de simple comercio. Por el contrario, la actividad de venta se trata de una serie de acciones tan comple­jas que es imposible simplificarlas en pocas palabras.
A medida que progresan los estudios sobre marketing, publici­dad y ventas, se va comprobando que toda esta actividad, la de comercializar un producto, está conformada por gran cantidad de aspeaos que no pueden ser librados al azar. Muchas veces se cree que tener un buen producto es un hecho suficiente para vender­lo bien.
Y -como venimos anticipando- cada vez hay más muestras de que esto no es así. Incluso, muchas veces, se comprueba que un buen producto fracasa por no contar con una buena estrategia de venta.
Y una situación así -que ocurre más a menudo de lo que pare­ce- es más frustrante que el solo hecho de comprobar que un producto no se vende por problemas de calidad. Esto último -el fracaso de ventas por fracaso de la calidad- no es un hecho ni una situación agradable, pero es explicable y comprensible, hasta ló­gica. En cambio, cuando tenemos un buen producto entre manos, incluso cuando lo hemos creado, pensado y producido por noso­tros mismos, es muy frustrante no poder vehiculizar, transmitir y hacer conocer esto al público.
Y como dijimos, que este fracaso no se produzca, en un todo (o en gran parte) depende de la estrategia de ventas. Luego veremos, también depende de una estrategia de marketing adecuada al ti­po de productos que elaboremos.
Una buena planificación y acción en todos los sentidos vistos, nos hará balancear en una medida muy justa, la calidad de nues­tro producto con su potencialidad de ventas.
Establecer un buen esquema en este sentido, permitirá que to­da la potencialidad que nuestro producto o empresa tiene, se ex­prese es su máxima versión: es decir, que el producto se pueda conocer o vender tanto como bueno creemos que es. Y podremos así evitar un grave problema que puede sucedemos: que la cali­dad del producto sea muy buena y la dedicación que le hemos puesto muy alta, pero su venta no refleje (o lo haga en pálida me­dida) esta calidad.
Muchas veces, un buen proceso de marketing y estrategia de venta, no sólo pone a tope toda la potencialidad de nuestra em­presa, sino que nos puede hacer descubrir en el camino nuevas e insospechadas virtudes de nuestros productos; virtudes y poten­cialidades que nunca hubiéramos imaginado sin realizar la explo­tación de estos aspectos de estrategias de marketing y de ventas.
No en vano, son estos elementos los que muchas empresas tie­nen en cuenta para su desarrollo, y se sabe que muchas empresas multinacionales de primera línea, con distribución y publicidad global, invierten la mayor parte de su capital en la producción de imagen, en el desarrollo de una identidad de marca y en la cons­trucción de aspectos mentales y emocionales para la captación y permanencia de sus consumidores. Muchas veces, este aspecto se lleva una mayor inversión que la producción misma de los bienes. En efecto, esto no es una casualidad: lo hacen porque esa cons­trucción de marca, que incluye amplios y profundos aspectos psi­cológicos, es aquello que le dará el plus a la marca. Y por ende, aquello que permite cobrar más caro un producto de "primera marca".
Quizás, este producto de primera marca tiene una calidad dos veces mayor que uno de segunda marca. Pero su precio es cinco veces mayor.

¿En qué se basa esa diferencia abismal?

Justamente, en la construcción emocional y-mental que la pri­mera marca logró hacer en sus consumidores actuales y potencia­les: toda esa identidad de marca y construcción progresiva, hará que en la mente de los clientes (pasados, actuales y potenciales) se construya esta idea inconsciente (y muchas veces conciente): es bueno tener esa marca, es un sello de identidad, es una diferen­ciación y distinción única, y vale lo que cuesta.
Por supuesto que estas elucubraciones, que tienen su compro­bación práctica, no nos alcanzan tan directamente: un emprendi-miento de elaboración y venta de accesorios con tela, quizás no alcance esta magnitud (aunque no debemos descartar que alcan­ce una magnitud mayor a la que imaginábamos en un comienzo, por ejemplo, convirtiéndose en una mediana empresa y habien­do empezado como una pequeña).
No obstante, es muy interesante, útil y práctico, dominar estas nociones básicas sobre publicidad y ventas, porque sí es seguro que en nuestra escala podremos:
• utilizarlas.
• sacar partido máximo de ellas.
• tener una ventaja diferencial sobre la competencia, cualquiera sea esta.
En efecto, entonces, estamos avanzando en este sentido: mu­chos de los desarrollos en estudios sobre ventas están de acuerdo en la importancia de estas cuestiones. Hay un acuerdo general acerca de que las ventajas de un negocio no son sólo "lo bueno" que puede ser el producto, o la dedicación y el tiempo, y las ideas, que hemos puesto en la elaboración del mismo. La situación es mucho más compleja. También, acordamos en la complejidad que puede alcanzar todo este plano del marketing de un producto.
Pero esta complejidad no nos debe asustar; por el contrario, debemos abrir nuestra mente a ese mundo del mercadeo, como forma de potenciar nuestro desarrollo de productos, y finalmen­te, nuestras ventas y nuestras ganancias.
Esto es mucho más importante en un proyecto donde la auto­nomía es máxima, ya que dependemos de nosotros mismos.
Decíamos entonces que son muchos los aspectos a tener en cuenta en relación con las estrategias de venta.
Veamos cuáles son todos esos aspectos que debemos conocer, más aún tratándose en este blog, de un tipo de productos cuyo te­cho de venta es tan ilimitado como la capacidad de expansión que podamos tener.
También, esto resultará importante en una empresa o empren-dimiento de productos propios, de diseño personal y artesanales; un tipo de actividad, entonces, donde el factor humano y la dedi­cación al producto son muy importantes.
Veamos los distintos puntos a tener en cuenta.

La capacitación

Es este un elemento que en el pasado, no era tenido en cuenta, era menoscabado. Actualmente, decir que la capacitación al per­sonal o la individual, sea un gasto o una pérdida de tiempo, es una idea que ha sido dejada progresivamente de lado en los estudios sobre ventas.
El enfoque de hoy en marketing y ventas, plantea la capacitación como:
• una inversión.
• un elemento que incidirá directamente en el futuro.
• una cuestión central en la supervivencia de una empresa.
• una clave del desarrollo.
El mercado ofrece opciones que se ajustan a los bolsillos de to­dos los tipos de emprendedores; como sucede también, con to­dos los tipos de clientes.
Para comenzar, toda persona u organización que quiera vender un producto, cualquiera que sea, y de la magnitud que tenga, de­be tener en cuenta en principio, algunas recomendaciones centrales, que son muy importantes sobre todo en los momentos di­fíciles que aparecen en cualquier emprendimiento. Y son impor­tantes, mucho más en los momentos difíciles que cuando las co­sas andan bien.
Esas primeras recomendaciones son:
• no decaer ni frustrarse.
• innovar permanentemente.
• estar atentos a los cambios del mercado y a los cambios que podemos imprimir a nuestros productos.
Este último punto es central, y lo trataremos a continuación: có­mo aplicar una permanente innovación en nuestros productos.
Esto, en un emprendimientos de accesorios con telas es funda­mental, porque nos encontraremos permanentemente expuestos a:
• la invención de nuevos productos.
• la aparición de nuevos productos en el mercado y en la competencia.
• la posible ocurrencia de nuevas ideas propias que pueden ser llevadas a la práctica (tanto para fabricar como para vender y hacer conocer nuestros productos).
• la incorporación de nuevos elementos y herramientas para la fabricación de los productos.
Por todo esto, la innovación es fundamental, y deberemos te­nerla muy en cuenta permanentemente. Veamos de qué manera.

La innovación en el mercado

Se trata de una herramienta fundamental. El cambio progresivo y permanente, puede convertirse en una ventaja insospechada.
Cuando (as pequeñas empresas tienen problemas para encon­trar financiamiento, existe un elemento económico al que pueden recurrir, y es éste: la innovación.
En nuestro caso, en un emprendimiento de fabricación y venta de accesorios con telas, va de suyo que se trata de una empresa que podemos empezar a encarar sin poseer demasiados bienes materiales ni respaldo económico. Se puede comenzar a realizar con muy pocos elementos.
Esto no impide que, como dijimos, se trate de un emprendi­miento sin techo propio: se puede empezar con muy poco y se puede crecer hasta ser una empresa de mediana importancia. Es­to dependerá de:
• nuestro devenir.
• nuestra suerte.
• nuestra capacidad.
• nuestra inversión.
• nuestro deseo.
• nuestros objetivos.
Esto es así, porque muy bien puede suceder que elijamos hacer este emprendimiento hasta un cierto punto. Quizás tenemos otra actividad central como medio de vida (por ejemplo, un trabajo asalariado); quizás no nos alcanza el tiempo, o no es nuestro ob­jetivo, dedicarnos de lleno a esta nuestra empresa de accesorios.
Quizás también nuestro capital inicial no es abundante como para aspirar a una gran empresa, y con hacer un pequeño em­prendimiento nos sentimos a gusto y conformes, pudiendo llevar adelante el placer personal y alcanzando una ganancia aceptable como complemento económico.
Pero esto sólo lo podemos evaluar personalmente y con el tiempo.
Mientras tanto, aunque no contemos con un gran capital inicial, o con objetivos muy elevados, siempre tendremos a mano una posibilidad clave y que está al alcance de todos: la innovación.
Según varios economistas, la innovación sigue siendo, quizá, el componente más importante de éxito en las pequeñas firmas.
A pesar de los vaivenes económicos, las empresas inteligentes invierten cada vez más recursos en investigación y desarrollo.
Los pequeños negocios siempre, a pesar de los vaivenes exter­nos, siguen innovando en áreas altamente competitivas, y de este modo logran salir a flote en momentos difíciles o de alta competitividad en el mercado.
En nuestro caso, la innovación puede traducirse en:
• desarrollar nuevos productos propios, siguiendo una línea central básica pero con posibilidad de novedades permanentes.
• nutrirse de bibliografía sobre fabricación y decoración de ac­cesorios, y adaptarla a nuestras posibilidades.
• crear nuevos productos y dar a conocer esta modalidad a los clientes ya conseguidos o a los potenciales clientes.
• inventar accesorios propios, que no tengan igual en el mercado.
• inventar líneas de producto propias.
• inventar modos de publicidad y venta propios.

Los cuidados

Es una idea básica la de cuidar lo que poseemos, y cuando em­prendemos cualquier tipo de actividad nueva esto cobra mayor sentido.
En un emprendimiento como el nuestro, que dependerá tanto de la acción humana, del uso del cuerpo y de la mente, debemos especialmente cuidar muchos aspectos tanto personales como organizacionales.
Estos dos tipos de aspectos son bien diferentes entre sí, pero tienen igual importancia para el progreso. Veamos.
Debemos tener:
• cuidado de la economía.
• cuidado de los recursos materiales y humanos.
• cuidado de la propia salud mental y física.
• cuidado de los utensilios de fabricación.
• cuidado de los elementos de preservación de los productos.
• cuidado de la relación con los clientes.
• cuidados estéticos de nuestra actividad de confección.

Cuidados propios

Los padecimientos por falta de cuidado propio de la salud del trabajo, pueden contagiar a las personas cercanas en una empre­sa u organización, por pequeña que sea.
Si trabajaremos solos en nuestra empresa de accesorios, más aún puede influirnos esa falta de cuidado de lo propio. En este sentido, no se debe permitir que las obligaciones y responsabilidades laborales nos aparten de importantes costumbres como:
• hacer ejercicio.
• realizar las comidas a sus horas.
• cuidar la vista y las manos.
• elegir una dieta equilibrada para proveer al organismo de to­dos los nutrientes indispensables para su buen funcionamiento.
• propiciar la convivencia con los seres queridos (sobre todo si se trabaja en la propia casa, como puede ser el caso en este ne­gocio), o con los compañeros de empresa entre sí, y realizar actividades recreativas con ellos.
• evitar caer en ciertos vicios, como el tabaquismo, la ingesta exagerada de café, alcohol y alimentos altos en grasas.
• evitar trabajar más de lo que nuestro cuerpo y mente pueden aceptar.
En un emprendimiento como el nuestro, la salud es importante, ya que nuestros productos tendrán que ver estrechamente con:
• la higiene.
• la estética.
• lo artesanal.
Estos aspectos que hemos señalado, cobran mucha mayor rele­vancia en una tarea, como la fabricación de elementos propios en general, que requerirá de nosotros, más que en cualquier otra ac­tividad o emprendimiento:
• una disposición física permanente.
• una concentración alta.
• una coordinación visual y motora muy fina.
• una habilidad y agilidad manual bien conservada.
• una capacidad estética desarrollada.

Prueba y venta

En los lanzamientos de un producto o servicio, el muestreo es una de las prioridades. La premisa es: no importa qué tan bueno sea lo que se ofrece, pero si nadie lo prueba, ¿cómo puede esperarse vender?
En nuestro caso, de nada servirá que los accesorios en tela que hacemos sean muy bellos y apetecibles al cliente, pero que esas condiciones queden confinadas a nuestro hogar. De esta calidad de nuestros productos deben tener noticias aquellos que no nos conocen: los potenciales clientes.
Según estudios y análisis hechos por una reconocida empresa de investigación de mercados, la intención de la prueba es captar la atención, especialmente a través de un concepto claro.
Las máximas de la introducción exitosa de productos dice:
• atención y distribución, luego prueba de producto y ventas.
• acercar el producto al público.
En nuestro caso, los eventos sociales donde podamos presentar nuestros productos, serán fundamentales. Una buena "entrada en escena", en un cumpleaños, una celebración, una reunión -aun­que sea de amigos- puede ser una buena carta de presentación. Por ejemplo, a través de la provisión (como regalo, encargo o sou-venir) de accesorios con tela hechos en producción propia.
Por lo tanto, aunque nos encontremos en una etapa muy inicial o previa de nuestro emprendimíento, debemos esforzarnos por mostrar lo mejor que podemos hacer:
• los mejores accesorios.
• la mejor decoración o servicio.
• la mejor presentación.
En efecto, tener en cuenta esto puede ser el puntapié inicial de nuevos clientes, o de los primeros pedidos, motivados por el agrado y buena recepción que pueden haber tenido nuestros ac­cesorios en una reunión o evento que podría parecer menor a pri­mera vista.